Son tantas las informaciones que a diario conocemos sobre Daniel Sancho que resulta inevitable ‘despistarse’ en la última hora que rodea al asesinato de Edwin Arrieta, cómo era su relación con el hijo de Rodolfo Sancho y cómo fueron los instantes previos a que el cocinero acabase, presuntamente, con su vida.
En prisión provisional en la cárcel de Koh Samui desde el pasado 7 de agosto, unas declaraciones del policía tailandés a cargo de la investigación, Big Joke, desataba las especulaciones acerca de que Daniel no estaría en dicha prisión, sino en la de Surat Thani, desde un principio. Y a diario sería trasladado -por tierra y mar en un trayecto de casi cuatro horas- a la de Koh Samui para ver a su madre, Silvia Bronchalo, y ser interrogado por los agentes que llevan el atroz asesinato.
Una información sorprendente que no tardaba en ser desmentida por la defensa del chef, por los abogados de su familia en España, por la Embajada española en Tailandia e incluso por el director de la prisión de Koh Samui. Al parecer todo se debería a un error de traducción de las declaraciones de Big Joke, pero Daniel está enla cárcel de Koh Samui, no ha salido en ningún momento de allí y en principio ese será su destino hasta que se celebre el juicio.
Aclarado que el paradero del hijo de Rodolfo Sancho, otras informaciones importantes han salido a la luz en las últimas horas, como la pelea que Daniel habría tenido con Edwin antes de acabar presuntamente con su vida, la crisis de ansiedad que el joven sufrió la primera vez que su madre le visitó en la cárcel, o la ‘cómoda’ vida que lleva entre rejas gracias a la ayuda económica que le está prestando su familia. ¡Te lo contamos todo!
Después de que las autoridades tailandesas hayan hecho públicos los resultados definitivos de la autopsia, que determinan que el cirujano colombiano murió degollado, se ha filtrado la reacción de Daniel al enterarse de esto y la brutal pelea que el presunto asesino y su víctima habrían tenido justo antes del crimen.
Fuentes de la prisión han revelado que el cocinero se quedó «completamente en shock» al descubrir que Edwin había muerto degollado, lo que indica que cuando comenzó presuntamente a desmembrarlo todavía seguía vivo. Las teorías sobre el asunto, múltiples, aunque ganan peso dos: quien piensa que el hijo de Rodolfo Sancho le habría seccionado el cuello pensando que ya estaba muerto, y quien apuesta porque decidió acabar con su vida de esta manera tan cruenta, sin intentar reanimarlo ni llamar a emergencias, aun sabiendo que el colombiano seguía vivo.
Además, en las últimas horas la policía tailandesa ha contado que Daniel y Edwin tuvieron una feroz pelea antes del presunto asesinato. Al parecer, el chef le habría propinado un puñetazo y el cirujano habría caído, golpeándose la cabeza con el lavabo. Pero no se habría quedado inconsciente como se habría dicho, sino que luchó contra su amigo para defenderse a base de mordiscos y arañazos, que habría dejado marcas visibles al nieto de Sancho Gracia. Un tema sobre el que imaginamos que pronto conoceremos más detalles.
Una vez concluido el periodo de aislamiento de 10 días por protocolo anti-Covid desde su ingreso en prisión, Daniel comenzó a recibir visitas el 17 de agosto, hace justo una semana. Ha sido su madre, Silvia Bronchalo, quien ha viajado a Tailandia en primer lugar para arropar a su hijo en este complicado trance y desde su llegada ha ido a ver todos los días a su hijo, a excepción de los findes de semana, cuando los reclusos no pueden recibir visitas.
Aunque la expareja de Rodolfo Sancho aseguró en sus únicas declaraciones ante las cámaras -el viernes 18 de agosto- que su hijo estaba «bastante bien» y «tranquilo», ahora se ha filtrado cómo fue el primer encuentro entre ambos.
Tal y como ha revelado el programa ‘Código 10’, la primera visita de Silvia a la cárcel acabó «muy mal». Una visita que duró hora y media, más de lo habitual -que suelen ser 20 minutos- por ser la primera y que se desarrolló a través de un cristal y un teléfono. Al parecer, su madre le habría preguntado qué ha pasado, qué ha hecho, y Daniel habría intentado justificarse.
Ambos habrían acabado llorando y, a la hora y cuarto de encuentro, el cocinero habría sufrido una crisis de ansiedad, sin poder articular palabra. Un momento muy delicado en el su madre también estaría llorando y los funcionarios de la prisión habrían decicido intervenir para poner punto y final a la visita para no empeorar el estado psicológico del acusado.
A pesar de que Daniel es consciente de que la policía ha solicitado pena de muerte para él por el asesinato premeditado de Edwin, y sabe que a lo que se enfrenta, su estado anímico es positivo. A pesar de que tras su ingreso en la cárcel se dijo que estaría deprimido y habría pedido medicamentos contra la ansiedad y para poder conciliar el sueño, con el paso de los días desde la prisión se insiste en que no ha tenido ningún bajón anímico.
A pesar de que ya ha pasado el periodo de aislamiento y lo normal es que conviviese ya con el resto de reclusos -en condiciones durísimas por el calor, la humedad, el hacinamiento y la escasez de comida- Daniel continúa en el módulo de enfermería porque tiene una hernia.
Comparte celda con tan solo 4 presos, duerme bien, come tres veces al día, ve películas y practica deporte, como abdominales o yoga. Está fuerte, tranquilo y no está recibiendo medicación para la depresión porque no la necesita.
Además de visitarlo a diario, Silvia Bronchalo está proporcionando a Daniel una vida ‘cómoda’ en prisión gracias al dinero que le hace llegar a diario para acceder a un menú especial o a productos para su higiene personal, que la mayoría de presos en la cárcel de Koh Samui no se pueden permitir.
La madre del joven habría entregado a los funcionarios penitenciarios 4.000 baht tailandeses, que al cambio son 104 euros. Al día, Daniel puede gastar 500 (13 euros), que estaría empleando en comprar comida a domicilio -al parecer habría pedido ensalada de papaya y pollo picante con verduras entre otros platos de la gastronomía local- o bebidas.
Aunque se especuló con que la investigación policial podría cerrarse este viernes, todavía son demasiadas las incógnitas que rodean al crimen. Aunque hay indicios y pruebas más que suficientes de que Daniel mató a Edwin Arrieta -él mismo se autoinculpó en sus declaraciones- todavía no se han hallado algunos elementos claves, como 8 de las partes del cuerpo del colombiano, entre las que se encuentra el tórax -que determinaría si el chef le apuñaló-, los cuchillos con los que el español habría llevado a cabo el asesinato, o el teléfono del fallecido.
Además, aunque Daniel aseguró que mató a Edwin porque le estaba amenazando tanto a él como su familia, y se dijo que en su móvil habría mensajes de muerte de Arrieta, él mismo los borró, aunque no se sabe si antes o después de cometer presuntamente el crimen.
La policía tratará de recuperarlos en las próximas 2 o 3 semanas para comprobar si es cierto que el colombiano habría amenazado a su amigo especial con hacer públicos vídeos de carácter íntimo que afectarían especialmente al trabajo de Rodolfo Sancho. Uno de los motivos, el de proteger a su padre, por los que Daniel habría decidido acabar con la vida del colombiano.
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