Hay quien dice que la agricultura es un arte; y en concreto el arte de cultivar la tierra. Sea cierta o no esta afirmación, no hay duda de que, la relación entre esta forma de ganarse la vida y la cultura siempre ha estado presente, y para muestra no hay más que ver los cuadros, las esculturas o la literatura que la han usado como inspiración, creando historias con o a través de ella. Por citar un solo ejemplo de los muchos que existen, podemos recordar La Agricultura, obra alegórica del gran pintor Francisco de Goya y Lucientes. Pero no hace falta irse tan atrás en el tiempo y existen algunos más recientes, como lo que ha sucedido con este antiguo complejo agrícola del siglo XVIII que se ha transformado en un estudio y centro de arte.
Gracias al trabajo de diseño desarrollado por el estudio de arquitectura Heim Balp Architekten, Gutshof Güldenhof, nombre que recibe el espacio, ha dado un giro de 180 grados. El proyecto, una delicada restauración, ampliación y renovación general de una familia de edificios, una antigua casa de campo alemana, fue encargado por el propietario, el artista conceptual Danh Vo, quien colaboró con Michael Heim, Pietro Balp y su equipo de Berlín.
El elemento social fue fundamental para desarrollar la solución de diseño correcta en esta reinvención del complejo abandonado. El cliente deseaba tener no solo un «centro de arte próspero y activo», sino que también quería que fuera un ejemplo de vida sostenible e interacción social. Como resultado, el diseño incorpora una selección de áreas multifuncionales, así como instalaciones residenciales, culturales y de trabajo.
Como explican desde el estudio, se han desarrollado una “una serie de intervenciones arquitectónicas que involucran los graneros y la casa de campo existentes, que rodean un corral, para crear espacios exteriores e interiores para una variedad de usos”. De esta forma, el campus, de aproximadamente 5.000 m2, incluye espacios de arte, como un estudio de arte; espacios de exhibición y almacenamiento de arte; y talleres de metal, cerámica y madera.
Se mantuvo gran parte de la estructura del edificio existente, manteniendo la sensación y la pátina del complejo, y se crearon áreas adicionales. Eso sí, siempre utilizando materiales que encajaran con las texturas y colores generales, como metal corrugado y madera contrachapada. Un edificio de tres pisos de uso mixto se encuentra en el centro del campus. En el interior hay una mezcla de espacios que sirven a la vida social del lugar, con una cocina sobre la que se articula todo el conjunto.
Justo al lado se encuentran West Barn y East Barn, otras dos estructuras separadas dentro de la finca, que sirven como espacios auxiliares, almacenamiento y archivos, tanto para el arte como para la materia prima para los talleres. Además, otra estructura, North Stables proporciona un lugar adaptado para el desarrollo de la agricultura y la jardinería sostenibles. “El proyecto se centra en los principios agrícolas para desarrollar un ecosistema sostenible y autosuficiente (es decir, permacultura)”, afirman.
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