Cada vez son más las personas que deciden instalar un cine en su jardín. Y no, no nos referimos a que saques una sábana blanca que cuelgues con dos pinzas y un proyector con puerto USB (en la infancia no había puertos sino que era un Cinexin), sino algo más evolucionado aunque lo anterior siga teniendo encanto.
¿Tienes jardín en tu casa y te encanta el cine? ¿Las películas en blanco y negro, las últimas series, los documentales de animales esos que todo el mundo dice que ve? Son muchos los que, desde la pandemia, han instalado un cine en su casa, o al menos eso afirman en la empresa Espacio Scena, compañía de interiorismo tecnológico: “Ha habido un aumento de un 40% de las instalaciones de cines en viviendas desde la llegada del covid. La demanda ha aumentado con la excusa de la Eurocopa y aprovechando el fin de las limitaciones sociales”, dice su director general, Alberto Torrens.
Y es que, con la llegada del buen tiempo, lo de ver una película al aire libre es más que tentador y si además puedes compartir esa experiencia con familia y amigos, mejor que mejor, sobre todo ahora, que, con el ritmo de vacunación, se permiten reuniones de grupos más grandes en espacios abiertos. Porque, si una cosa dejó clara la pandemia, es que teníamos que sentirnos cómodos en nuestra propia casa, de ahí que se hayan hecho reformas en las viviendas para fomentar este confort.
¿Cómo se monta uno de estos cines? “Se necesita un proyector con alta luminosidad para poder alargar las máximas horas posibles y no centrarse solamente en la franja nocturna, además de un buen equipo de sonido y un mobiliario a gusto del cliente donde se pueda sentir lo más a gusto posible”, explican. Por supuesto requiere de una pantalla, que puede estar escondida en una pérgola o en una pared, de tal forma que funciona como un estor que se abre y cierra.
¿Qué extensión tiene que tener tu jardín para albergar una de estas instalaciones? “Unos 30 m2 de jardín serían un buen punto de partida”, comenta Torrens. Respecto a los trabajos para instalarlo, el directivo considera que “Siempre hay que hacer algo de obra para poder integrarlo lo máximo posible en el entorno y que quede oculto cuando no se utiliza”. De hecho, en invierno, al ser todo electrónico, se guarda él mismo, de tal forma que el propietario no tiene que hacer nada.
Sí es cierto que el coste no está al alcance de todos: “Con 35.000 euros podría comenzarse la instalación, pero de media suele estar en 60.000”, comenta. De hecho, la mayoría de clientes que solicitan estas instalaciones son de un “ Perfil adquisitivo alto (normalmente en villas, donde tienen un gran espacio exterior), al parecer cada vez son más los hogares de clase media los que están invirtiendo en productos tecnológicos para recrear la experiencia del cine en el jardín de casa”.
Espacio Scena ha recibido el Premio Eureka del Ayuntamiento de Palma a la mejor idea innovadora y sus cines tienen menciones dentro del sector de firmas como Bang & Olufsen o Bowers and Wilkins.
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