El gobierno andaluz ha concedido la autorización ambiental para la rehabilitación del cortijo Las Chiqueras en un ecohotel de 30 habitaciones, restaurante y piscina, situado a menos de un kilómetro de la playa de los Genoveses, en pleno Parque Natural Cabo de Gata-Níjar de Almería. Ahora será el Ayuntamiento de Níjar el que dé el siguiente paso para declarar la utilidad pública o social del proyecto turístico.
El Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar cuenta con un alto valor ambiental, y en el que cada nueva edificación dentro de sus terrenos debe contar con un plan de desarrollo sostenible y la aprobación tanto del Ayuntamiento de la localidad como de la Junta de Andalucía. El proyecto de rehabilitación del antiguo cortijo de Las Chiqueras, una antigua explotación agrícola y fábrica de cuerdas de esparto, lleva sobre la mesa desde 2016.
De su proyecto inicial se ha reducido el número de habitaciones y varias zonas de aparcamiento hasta que ha logrado el permiso de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible para reformar el complejo de varios edificios en 30 habitaciones, restaurante y piscina, más 70 plazas de aparcamiento.
El proyecto prevé 950 m2 para la instalación de paneles fotovoltaicos para el abastecimiento eléctrico y un sistema de depuración y reutilización del agua.
La polémica surge al estar dentro del parque, el posible impacto en el entorno con su puesta en marcha dada su cercanía, apenas a 900 metros de la famosa playa de los Genoveses, una de las playas mejor conservadas de Andalucía.
El gobierno andaluz, actualmente gobernado por el PP, defiende que se han establecido muchas limitaciones al proyecto inicial, y que el Ayuntamiento de Níjar, actualmente gobernado en coalición por PSOE e Izquierda Unida, no se ha opuesto al proyecto en los primeros trámites o el informe de compatibilidad urbanística.
El texto autonómico da un plazo de cinco años para el inicio de las obras, pero obliga a la integración paisajística de toda la infraestructura, con edificios de una sola planta, además de la gestión de los residuos, para evitar cualquier vertido sobre el terreno. Se prohíbe abrir nuevos caminos y pistas, sin posibilidad de pavimentar o iluminar.
Aún así, el consistorio municipal sigue teniendo la última palabra sobre el proyecto al tener que aprobar o no la declaración de utilidad pública o social se recoge en el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) y el Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) del propio parque.