A tan solo 60 km del Círculo Polar Ártico, en plena Laponia sueca, se ha levantado este proyecto hotelero que literalmente flota sobre las aguas del río Lule, aunque en invierno queda completamente rodeado de hielo. Solo cuenta con seis habitaciones, pero es perfecto para disfrutar de su spa, sauna y sobre todo su piscina de inmersión fría.
El edificio principal se inspira en la naturaleza del entorno y se asemeja a un nido de pájaros, con su estructura de troncos flotando sobre el agua. Alrededor suyo se encuentran las otras instalaciones, seis cabañas desde unos 25 m2, donde se podrán disfrutas de la aurora boreal en invierno y el sol de medianoche en verano. Un hotel hecho pensando en el medio ambiente y en dejar una huella e impacto mínimo.
El hotel, denominado Artic Bath, está abierto todo el año en el río Lule, alternando entre sus aguas congeladas o flotantes dependiendo de la temporada. Hay habitaciones de dos a seis personas, cambian de tamaño, hasta la ‘suite’ de 62 m2, que se elevan por postes sobre el agua. Las instalaciones del hotel incluyen un restaurante, un baño frío al aire libre, un spa y una sauna.