El uso de materiales locales y ecológicos es una de las claves de esta casa de campo prefabricada de 100 m2 que se encuentra cerca de la playa en la Isla Norte de Nueva Zelanda, no demasiado lejos de la playa.
Karangahake House está ubicada en el borde de una meseta que se adentra en un valle empinado. La elección de la orientación fue uno de los puntos fuertes de la vivienda, que se escogió con el objetivo de maximizar las vistas del norte de las cordilleras cercanas y el monte Te Aroha a través del desfiladero histórico de la minería de oro y las vistas del este hasta un bonito y sinuoso río.
Diseñada por Make Architecture, se trata de una casa familiar prefabricada que encarna la eficiencia y los valores ecológicos. La casa recoge la esencia de la vida sencilla y la importancia de conectarse con el medio ambiente. La forma simple del hastial recuerda a una humilde cabaña de Tramper forrada exteriormente con un revestimiento de madera Abodo Tundra que se cultiva y se obtiene de manera sostenible y local.
Los cálidos pisos de madera laminada cruzada, junto con las paredes y el techo de capas totalmente forradas, crean un ambiente acogedor y cerrado que recuerda a las clásicas cabañas de vagabundeo. “Queríamos crear una casa familiar íntima y sencilla, completa con un espacio tipo loft en el entrepiso para amigos y familiares improvisados. La sala al aire libre proporciona un espacio intersticial protegido que conecta los entornos oriental y occidental, con una luz suave filtrada arriba, el gran control deslizante del granero te cierra a una sensación de soledad hacia el bosque de abajo”, señalan en su página web. El techo transparente con listones de madera en la parte superior, enmarca perfectamente las vistas del bosque más allá de crear momentos de conexión ininterrumpida y quietud con la naturaleza.
Con esta construcción, los diseñadores han puesto todo su empeño en alzar la voz contra los procesos de construcción arduos y derrochadores. Los pisos, paredes y techos prefabricados eficientes y que ahorran costos se ensamblaron en el sitio en solo cuatro días. La idea crucial de la sostenibilidad se logró aún más a través de los materiales y acabados cuidadosamente seleccionados, los revestimientos herméticos y los sistemas de ventilación eficientes e inteligentes. Estas ideas continúan nuestra creciente conciencia hacia una arquitectura que deja intacto el paisaje.
El interior está completamente forrado con madera contrachapada, creando un ambiente simple, pero acogedor y cálido. Con una chimenea rústica de leña a juego con la elegante cocina de acero negro y el loft del entrepiso, diseñado para acomodar a amigos y familiares, esta casa familiar está diseñada para ofrecer lo mejor de la vida agrícola de Nueva Zelanda.
El diseño de Make Architects ha sido galardonado en diferentes ocasiones. En 2020, recibió el Dezeen 2020 Longlist Rural Project Architecture. En 2021, en el New Zealand Architecture Awards shortlist obtuvo otro reconocimiento como ganador del premio Waikato Small Project Architecture Award.