El estudio de arquitectura ZITA, acrónimo de Zona Industrial Taller de Arquitectura, es un estudio de arquitectura poco convencional con sede en Bogotá (Colombia). Su forma de trabajo tiene como base un esquema de colaboración multidisciplinar con el que se desarrollan actividades de investigación, conceptualización, diseño y desarrollo. Todo dirigido hacia el objetivo de resolver retos derivados de la creación de espacio. “Nos interesa trabajar en lugares y proyectos atípicos donde la definición del rol del arquitecto sea parte del proyecto mismo”, explican en su web.
Esta es la filosofía sobre la que han desarrollado este proyecto que ha recibido el nombre de Casa en el Páramo Andino, una casa prefabricada ubicada en una zona montañosa del altiplano colombiano no demasiado accesible a 3.250 metros sobre el nivel del mar. Para su construcción, íntegramente a mano, se ha utilizado madera ennegrecida y elementos estructurales prefabricados para crear una vivienda en el altiplano colombiano. El área presenta un «paisaje de nubes» que altera la profundidad de la vista y constantemente oculta y revela los picos de las montañas circundantes.
La vivienda se construyó después de tres años de investigación realizada con la profesora Cristina Albornoz. El proyecto tiene como objetivo demostrar cómo crear un hogar ambientalmente sensible en el marco de un ecosistema tan frágil como el del lugar en el que se ubica. Para asegurarse de ello, la vivienda se construyó íntegramente a mano con elementos prefabricados, evitando así la necesidad de maquinaria pesada y reduciendo el desperdicio y el tiempo de construcción.
El edificio de 150 m2 consta de dos barras desplazadas que están conectadas por un solárium acristalado. Los techos inclinados están destinados a dialogar con el terreno montañoso. Las paredes exteriores están revestidas de ciprés, que fue carbonizado para ayudar a aumentar la resistencia a la humedad y las infestaciones de insectos.
La vivienda se levanta del suelo mediante pilotes de hormigón, lo que ayuda a minimizar las alteraciones de la vegetación y los flujos de agua. Encima de los pilares hay una serie de «pórticos» que constan cada uno de una viga y dos columnas. Juntos, estos pórticos forman un conjunto que se asemeja a una caja torácica. Esta jaula está unida por paredes y techos hechos de tablero de fibra orientada (OSB).
La casa se dividió en dos partes para reducir su escala y proporcionar múltiples vistas del paisaje. Un lado contiene el dormitorio principal y el baño, junto con todas las áreas sociales. El otro lado contiene un par de dormitorios y baños. Las paredes y los techos están revestidos de madera contrachapada, lo que ayuda a retener el calor. En el área común, el equipo instaló una pantalla de acero con un polipasto manual de cadena. Cuando se abre, la habitación se extiende al aire libre y ofrece amplias vistas del páramo.
La vivienda tiene una serie de estrategias de casa pasiva que ayudan a garantizar el confort térmico, una consideración importante dado que las temperaturas en el sitio pueden oscilar entre tres y 14 grados centígrados. Ciertas partes de la casa, como las paredes de cemento debajo de los tragaluces y el solárium acristalado, que tiene piso de piedra, absorben el calor solar y lo liberan por la noche.