Si escuchamos la palabra Tasmania, quizás, lo primero que nos viene a la cabeza es aquel monstruito de dibujos animados que arrasaba con todo lo que había a su alrededor. Sin embargo, Tasmania, un estado de Australia que ocupa una pequeña isla al sur del país, es mucho más. Además de sus riquezas naturales y sus paisajes paradisíacos, tiene algunos interesantes ejemplos de arquitectura sostenible como esta vivienda, la Tasmanian House diseñada por el arquitecto australiano Jiri Lev.
En este proyecto, se quiso evitar la dependencia de materiales sintéticos. La alternativa escogida fue los materiales crudos de origen local, entre ellos, aislamiento de lana de oveja y madera como la del ciprés macrocarpa. Todo ello con el objetivo de construir una casa compacta, sostenible y asequible. “Estamos en medio de una crisis ambiental y de vivienda. The Tasmanian House es un intento de abordar algunos de los problemas que enfrentamos con una combinación de enfoques de diseño tradicionales e innovadores”, explica Lev.
Con sus 26 m2, se trata de un estudio destinado a ser la primera fase de una casa de dos o tres habitaciones que reinterpreta desde una concepción moderna las construcciones tradicionales del país, marcados por estructuras rectangulares simples y techos a dos aguas. Equipado con una cocina, un baño completo y un área tipo loft, así como un asiento de caja en voladizo, el espacio, la flexibilidad es una de las principales claves para el diseño, ya que se ampliará en el futuro.
De manera sostenible, la madera de Tasmania es el principal material de construcción: el pino sin tratar constituye el armazón y la estructura del piso, mientras que el piso es de roble de Tasmania y el revestimiento es de pino macrocarpa resistente y duradero.
Construida a un costo de 65.322 dólares australianos (algo más de 40.000 euros), la casa tiene un precio bastante similar al de otros proyectos convencionales, aunque, sin duda, esta resulta mucho más sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
La vivienda se ha levantado en Meander Valley, una región ubicada en el centro norte de Tasmania. Una de sus características es la amplia variedad de condiciones climáticas que allí se dan a lo largo del año, por lo que resulta ideal para el carácter experimental de la cabina, al poder es ideal para el carácter experimental del proyecto y la evaluación de sus posibilidades en situaciones extremas, como la nieve, las fuertes heladas, vientos huracanados, lluvias intensas y olas de calor ocasionales. Además, al ser una zona en la que son algo frecuentes los incendios, también permite investigar su capacidad de resistencia ante estos fenómenos.
Como hemos señalado, la cabina es solo la primera fase de un proyecto más amplio. La segunda fase de la casa está planificada para los próximos meses. En ella, se incluirá una gran estructura de madera envuelta en un muro cortina que constará de 40 paneles individuales, cada uno relleno con un material diferente, como astillas de madera o papel reciclado. De esta forma, se monitoreará el rendimiento y la durabilidad de los paneles, y los resultados se ofrecerán al dominio público para transferir el conocimiento adquirido a otros profesionales y al conjunto de la sociedad.
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