Con esta iniciativa, Green Yacht Hydrogen Viking pretende demostrar que los viajes y la navegación de lujo puede mantener aún sus más altos estándares siendo amables con el medio ambiente.
La embarcación bautizada con el sobrenombre de ‘Che Guevara’ fue una de las posesiones más atesoradas de Gadafi en vida. En realidad era un modelo de la firma británica Sunseeker con una potencia increíble y con todo el lujo y confort que se puede imaginar en este tipo de ejemplares. Este modelo salió al mercado en el año 2004, contaba con 28 metros de eslora, cuatro camarotes de máximo lujo y una velocidad de navegación de 30 nudos.
En su interior, una de las características del barco era una silla en el puesto de mando con una imagen gigante del Che Guevara, este era el asiento de uso exclusivo de Gadafi cuando viajaba a bordo de este barco. Actualmente el precio de este barco supera los dos millones de euros.
Cuando el mandatario ya había fallecido, con el paso de los años, el astillero noruego Green Yacht Hydrogen Viking decidió comprar el barco. Tras la larga historia que acompaña al barco ahora, los directivos del astillero de Bergen (Noruega) quieren convertirlo en el primer yate de hidrógeno que pueda volver a navegar a 30 nudos pero con una característica sostenible: esperan tener cero emisiones de CO2 en sus desplazamientos.
Para iniciar este proyecto, la embarcación fue desmantelada completamente, por dentro y por fuera se está reconstruyendo y remodelando, así que aquella sombra en homenaje al Che Guevara ya no existirá. Al proyecto de Hydrogen Viking también se ha sumado el estudio británico de Coase Design, para dar todo el toque de elegancia y exclusividad que se necesita.
Entre los cambios que se están efectuando, destaca que el área de los motores ahora será una suite con un acceso directo a la zona de baño.
Con esta iniciativa, la marca pretende demostrar que los viajes y la navegación de lujo puede mantener aún sus más altos estándares siendo amables con el ambiente y ofreciendo una experiencia 100 % sostenible.
Se espera que para el próximo año, 2022, se efectúen las primeras pruebas para comprobar la seguridad del proyecto.