Venecia conmemora los 1.600 años de su hipotética y legendaria fundación con una mirada inquietante a un futuro sin habitantes, que la abandonan a razón de unos mil cada año, y con una vista atrás sobre un pasado glorioso pero repleto de desastres.
La pandemia del coronavirus, que dejó a la humanidad imágenes sin precedentes documentados visualmente de una ciudad abandonada por el turismo -su riqueza reciente y en parte explicación de su declive- y las graves inundaciones de 2019, son testimonio de sus debilidades.