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Voloshyn, la primera galería ucraniana en ARCO

Voloshyn se ha convertido en la primera galería ucraniana que participa en ARCO, llegando a esta edición en unas condiciones peculiares a raíz de la guerra con Rusia: una de sus artistas pintó durante los bombardeos a Kiev parte de la obra expuesta cuando la propia galería era usada como refugio.

Así lo ha explicado a Europa Press una de las portavoces del stand, Anna, quien también pasó más de dos semanas en ese refugio antiaéreo improvisado en la capital ucraniana. Tal y como ha señalado, la galería estaba situada en una planta baja de un bloque de edificios y, más abajo, había un espacio que pasó a ocupar cuando se iniciaron los ataques rusos.

No solo ella y su familia decidieron pasar allí los primeros días de bombardeos, sino que estaban acompañados por los propietarios de la galería, Max y Julia Voloshyn, además de otras personas como el artista Nikita Kadan, quien precisamente ahora expone parte de las pinturas que salieron de esos días.

La galería Voloshyn abrió en el año 2016 y vio interrumpida su trayectoria a raíz del inicio del conflicto –en febrero del año 2022–, si bien la intención de sus propietarios es reabrir ya en el próximo mes de marzo. No obstante, han reconocido a Europa Press las dificultades y el «reto» que supondrá esta reapertura.

«Todo se ha vuelto ahora más complicado: los transportes, las entregas…y, por supuesto, ahora todo está mas caro que antes. A veces nos queremos reunir con nuestro equipo y no tenemos ni siquiera electricidad», ha lamentado una de las propietarias del espacio, Julia Voloshyn.

Max Voloshyn ha recordado que propusieron un proyecto a ARCO que fue rápidamente bien acogido por la organización y comenzaron a preparar el desembarco hace meses. «Para nosotros era muy importante mostrar estos artistas para hacer visible en Europa lo que está pasando allí: por eso queríamos venir», ha indicado.

En su stand hay obra del propio Kadan (procedente de Kiev) y de Mykola Ridnyi (Járkov), ambas con mensajes políticos y combativos. Por un lado, Kadan expone carteles con letras en tinta negra y superpuestas unas y otras donde se pueden leer mensajes como ‘Stop Putin’, ‘Decolonize Russia’ o ‘Stop fascism’.

Esta parte de la obra fue pintada en la galería-refugio y evacuada en «un proceso complicado de varios meses» a Austria. El precio de estos carteles es de 5.000 euros. Asimismo, la obra de Ridnyi se compone de escayola pintada en negro, donde ha simulado a pequeña escala edificios públicos ucranianos.

Así, el Parlamento y otros espacios aparecen representados en una oscura maqueta, todos ellos coronados por una bandera también negra que simboliza la «resistencia y la no violencia». El precio de estas piezas oscila entre 5.000 y 7.000 euros.

Ridnyi consiguió salir de su país durante los bombardeos y ahora vive con una residencia artística en Berlín. «Realmente, cuando venimos a un país como España vemos muchas similitudes con Ucrania antes de la guerra: cómo vive la gente, la simpatía, la vida en las calles…pero la situación que estamos atravesando ahora no se puede entender», ha concluido Max Voloshyn.